miércoles, 29 de septiembre de 2010

Super Mario Bros.

10/10
"El nacimiento de una estrella... y una flor y un champiñón"
Para realizar mi primera crítica en este blog, era preciso escoger un
juego realmente importante para mí, uno que marcó (y sigue marcando) mi vida de una forma que ningún otro ha conseguido superar.
Y lo cierto es que ningún momento es mejor que éste, puesto que este mes cumplió 25 años de su salida en Japón. Y es que el 13 de Septiembre de 1985 vió la luz el que sería el mayor éxito de ventas del mundo: Super Mario Bros, que alzaría la consola NES por encima de todas sus competidoras de la época. El juego nos presentaba al joven fontanero Mario, el cuál debía salvar al Reino Champiñón de la amenaza de los terribles Koopa, expertos en magia negra que habían convertido todo el reino y sus habitantes en ladrillos y bloques. La única con el poder para salvarlos era la princesa Peach Toadstool, que había sido secuestrada por Bowser, Rey de los Koopa. Tras este planteamiento se nos presentaba el primer juego de plataformas de desplazamiento lateral de todos los tiempos, que se convirtió en un mito.
Y es que el juego contaba con todo lo que se podía esperar en la época, una música pegadiza a la par que simple (el juego apenas contaba con 7 u 8 melodías distintas), que ha quedado grabada en la mente de los fans, y que aún en los juegos más recientes se sigue editando y reutilizando sin que llegue a cansar jamás.

Los gráficos eran excelentes para la época, muy coloridos y singulares con un buen repertorio de elementos y personajes que contaban todos con alguna peculiaridad que los diferenciaba del resto.
El apartado jugable nos presentaba una acción rápida y una curva de dificultad casi perfecta, siendo los primeros niveles casi como un tutorial por su sencillez pero llegando a suponer un verdadero reto el llegar al final del juego, y es que caer al vacío o que los enemigos le tocaran una sola vez provocaba la pérdida de una de las vidas de Mario.
Diversos objetos le otorgaban a Mario nuevos poderes, como el de hacerse más grande y resistir un golpe más (Champiñón-->Super Mario) la habilidad de disparar bolas de fuego (Flor de Fuego-->Fire Mario) o invencibilidad temporal (Starman-->Star Mario) que hacían la aventura algo más fácil.
La duración del juego era muy buena, con 32 niveles diferentes a superar, para desbloquear luego un modo difícil que, si bien no cambiaba en absoluto la estructura de los niveles, si cambiaba los enemigos que nos encontrábamos por otros más fuertes doblando así relativamente la cantidad de niveles a superar a 64, una cifra soberbia.
El juego contaba con un modo para dos jugadores no simultáneo (Mario para el jugador 1, Luigi para el jugador 2) en el que ambos jugadores recorrían las fases por separado. Si uno de ellos perdía una vida era el turno de que el otro continuase desde lo dejó.
Todos estos aspectos conformaron un juego casi perfecto, cuyo único fallo era la imposibilidad de guardar la partida, lo cuál obligaba al frustrado jugador que muriese a reempezar todo el juego pues, si bien un conocido truco te permitía continuar desde el mundo en el que perdiste tu última vida, solo servía mientras la consola estaba encendida. Dejando aparte deste pequeño detalle, este juego es una obra maestra que debe estar en la memoria de todo aquel jugador que se precie, y con esto le brindo a este personaje que tanto ha significado en mi vida este sincero homenaje.

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