domingo, 13 de febrero de 2011

Colin McRae Rally

9/10
"Un juego para rendir pleitesía al más grande"
La firma Codemasters decidió embarcarse en la producción de un juego de rallies a la altura, un verdadero simulador de este emocionante deporte que hiciera las delicias de los aprendices de Carlos Sainz o, en el caso que nos ocupa, del eterno Colin McRae. Es por ello que quisieron contar con la imagen del más grande, del mítico piloto escocés, fallecido trágicamente junto a su familia en un accidente de helicóptero durante el mes de Septiembre del 2007, el cual le dió ese plus de imagen que el juego necesitaba para atraer nada más verlo en la estantería, para después atraparnos gracias a un ritmo de juego apabullante, una sensación de velocidad fantástica y una recreación fidedigna del mundial de rallies. El año 1998 será recordado como el año en el que uno de los mejores simuladores de rallies de la historia salía a la luz para regocijo de los amantes de la tierra, la nieve y los "a ras!!!".

En cuanto a gráficos, Colin McRae Rally asombra por la viveza de sus escenarios, el contraste entre los desiertos de Grecia, la nieve de Suecia o los bosques Neozelandeses. Y no solo estamos hablando de la calidad de los decorados, sino de las diferentes condiciones climáticas, ya que el Reino Unido será una pesadilla de barro y lluvia de la que será complicado salir indemnes y el sol griego hará estragos. Los coches están recreados con un nivel de detalle muy alto, desde el mítico Subaru Impreza WRC 555, hasta el Seat Ibiza EVO2, cada uno con sus diferentes características tanto gráficas como técnicas. Los coches se deforman de forma muy realista con los choques y los saltos mal calculados, amén de los fallos mecánicos que se puedan producir debido a nuestra falta de pericia al volante.

El sonido es sobresaliente, no resultando muy abundantes las melodías ni las canciones, pero no es un punto negativo ya que resultan innecesarias en un simulador en el que es más importante escuchar si nuestra caja de cambios está sufriendo que el "chunda chunda" de nuestros altavoces. Y ahí si que cumple el apartado sonoro, regalándonos los oídos con una variedad de sonidos impresionante, que abarca desde subidas de revoluciones, derrapadas, choques, petardeos del tubo de escape... Pero lo más impactante es el gran copiloto que nos acompaña y que nos ayuda en todo momento con indicaciones perfectamente ajustadas y una lectura genial del trazado. No escucharemos un "Trata de arrancarlo Carlos!!!" (vaya... me había  obligado a prometer no hacer este chiste...) pero la profesionalidad y la calidad del speaker es muy notable.

En el apartado jugable se nos regala una de las mejores simulaciones de la época, sólo igualado por el imprescindible Gran Turismo pero con el aliciente del mundo del rally, olvidado por muchos desarrolladores y denostado por otros tantos. Adaptarse a conducir los diferentes modelos de coches (Tracción delantera, 4x4...) es un gran reto, con el aliciente de saber que cada Gran Premio es diferente y sabiendo que tardaremos un tiempo en poder hacer unos tiempos decentes sin dejar el coche para el arrastre tras cada tramo. Al finalizar dos etapas, podremos pasar por el taller, en el que tendremos un tiempo determinado para poner a punto nuestro coche y reparar los desperfectos que bien nosotros, bien el entorno, hayan mermado la eficacia de nuestra máquina. Los diferentes modos de juego (como el esencial y muy recomendable "Modo Escuela") y los diferentes niveles de dificultad, garantizan grandes dosis de diversión para los novatos o un verdadero reto para los avanzados.

En definitiva, sin duda, Colin McRae Rally se trata de uno de los mejores juegos de rally de la historia, solo igualado o superado (según gustos) por el dificilísimo Richard Burns Rally y que aún hoy, 13 años después, sigue teniendo un sitio especial en mi estantería y en mi corazón, como recuerdo a esa estrella que de manera cruel se nos fue hace poco más de tres años, ese gran profesional por el que muchos empezamos a sentirnos atraidos por el mundo del rally gracias a su profesionalidad, a su pundonor y a su espectacularidad. Señor Colin McRae, esta crítica va por usted. Descanse en paz.


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