domingo, 14 de noviembre de 2010

Sonic: The Hedgehog

8/10
"El superheroe amado por Greenpeace"
Corría el año 1991 y el señor bigotudo de Nintendo generaba ingresos millonarios para la compañía, todas las casas en las que había una Nintendo, tenían su copia de Super Mario Bros. Es lo que tiene crear un personaje que se convierte en imagen de marca nada más salir al mercado, las ventas son millonarias, se crea una corriente de seguidores imparable, una filosofía. Mario se convirtió en el icono de una generación gracias a la diversión que generaban sus juegos y a su carisma.

Sega, que nunca se ha caracterizado por tener fracasos escándalosos (al menos hasta la llegada de la maltrecha Dreamcast) ni juegos de baja calidad, necesitaba algo parecido. Una imagen, un icono, algo que los catapultara a la primera plaza en la industria del videojuego (la lucha Sega-Nintendo se mantuvo hasta que SONY se "entrometió" con su PSX). De esta forma se comenzó a trabajar en un juego de plataformas (muy en boga en aquella época) que hiciera las delicias de los usuarios pero que tuviera un toque distinto a lo ya visto. No querían que la gente, al jugar, dijera: "Ah sí, ese que es igual que Mario". De esta forma nació Sonic el Erizo. 

Sonic, un erizo azul capaz de correr a una velocidad endiablada, debe evitar que el Dr. Eggman (o Robotnik) conquiste el planeta Mobius con su ejército de Badnick (robots que se mueven gracias a que dentro contienen un animal retenido, que les da energía). La misión de Sonic será la de ir liberando a los animales de Mobius, destruyendo las máquinas en las que están confinados para llegar hasta el Dr. Eggman y derrotarlo.

De esta forma nos encontramos con una especie de Super Mario futurista, con un gran compromiso con los animales y su planeta, pero con el mismo fin que todos los plataformas: llegar hasta el Final Boss y derrotarlo para que todos sean felices y coman perdices.

En cuanto a la jugabilidad, destaca la gran velocidad a la que se desarrolla el juego. Sonic corre como un demonio y los escenarios están creados para exprimir al máximo esta característica del protagonista. De esta forma, los niveles son muy ágiles y hace que el jugador haga gala de unos reflejos felinos para superar cada uno de los niveles que lo componen. El Dr. Eggman pone a prueba la lógica y los recursos del jugador ya que tras finalizar cada fase, nos sorprenderá montado en un robot distinto cada vez para intentar frenar nuestros avances.

Gráficamente, el juego se desarrolla en 2D completamente, con unos escenarios coloridos, muy diferentes según el nivel y unos enemigos muy variados y bien formados. El diseño de Sonic es mundialmente conocido, ha variado un poco con el paso de los años para parecer mas estilizado y mas agresivo. Pero en esencia se ha mantenido siempre igual: con los característicos pinchos en su espalda y sus zapatillas rojas.

A nivel sonoro, pasa igual que con Super Mario: la melodía principal forma parte de la memoria colectiva de la mayoría de jugones que, como yo, tuvieron la suerte de poder jugarlo y disfrutar de sus pegadizas melodías.

En una carrera, Sonic ganaría de calle al barrigudo Mario (mas adelante saldría a la venta un juego sobre las Olimpiadas en el que podríamos poner fin a esta pregunta) pero, ¿y en calidad de juego? Opinen ustedes.

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