sábado, 11 de diciembre de 2010

Call of Duty 4: Modern Warfare

9/10
"Infinity Ward reinventa la guerra"
Que los juegos de guerra son uno de los géneros más jugados de la historia, es un hecho más que demostrable. Y que en un 80 u 85% están basados en la 2ª Guerra Mundial, es una realidad. Es por eso, que allá por el año 2007, Activision, en conjunción con uno de sus mejores equipos de desarrollo (Infinity Ward) decidieron que era  hora de darle una vuelta de tuerca a los conflictos bélicos. Si querían volver a lo más alto, debían fijarse en juegos como Ghost Recon que, acertadamente, habían apostado por conflictos contemporáneos, separando un poco su línea de desarrollo de los videojuegos basados en un conflicto algo rancio y manido debido a la cantidad de historias basadas en el mismo apartado de la Historia.

Y, realmente, no podrían haber tomado una decisión más acertada. Éxito de crítica y ventas y elegido "Mejor Juego del Año", CoD4:MW ha iniciado una corriente nueva en la forma de entender la guerra, continuando con 2 secuelas (Call of Duty Modern Warfare 2 y Call of Duty Black Ops) que se separan de la Gran Guerra e incluso han arrastrado a Electronic Arts al mundo de la guerra moderna con el gran Medal Of Honor.

Desarrollada principalmente en Rusia y Arabia Saudí, la historia nos pone en la piel del Sargento "Soap" MacTavish (miembro del SAS británico) y del Teniente Paul Jackson (de los Marines americanos) con el fin de acabar con un violento golpe de estado dado por los ultranacionalistas rusos, además de abortar la inminente amenaza nuclear que se cierne sobre estados unidos. Durante una genial e intensísima misión, viviremos un flash back que nos transportará al Chernobyl más devastado por el accidente nuclear con el objetivo de asesinar a un importante objetivo enemigo con la única compañía de nuestro fusil de francotirador y un novedoso traje de camuflaje.

Si algo llama la atención de este juego nada más comenzar a jugarlo, eso es su impresionante apartado gráfico. Escenarios, personajes jugables, compañeros, enemigos, armamento, explosiones, luces, humo... todo, absolutamente todo está recreado con un nivel de detalle que llega a rozar los límites de lo enfermizo. Zonas devastadas por la guerra en Oriente Medio, bosques de Rusia, interiores de casas y edificios con un cuidado por el detalle simplemente espectacular.  Los personajes muestran un modelado detallado y perfectamente proporcionado y no solo hablamos de los miembros de nuestro pelotón, sino también de toda la legión de enemigos a la que nos enfrentaremos, presentando una variedad de ropajes, uniformes, "complementos", armas... muy alto y muy bien diseñado. Los vehículos son de sobresaliente y en más de una ocasión apreciaremos cada uno de sus detalles (hay un momento en particular que los buenos aficionados a los filmes de guerra sabrán identificar como un guiño clarísimo a "Black Hawk Derribado", debido a la similitud en la situación que viviremos con la que se presenta en el film). Los efectos del fuego, humo, explosiones, partículas y un largo etcétera están realizadas con un nivel magistral tanto en cantidad como en calidad. Las armas están plasmadas de forma brillante y presentan multitud de detalles reseñables como los zooms, efectos de desenfoque al mirar desde la mirilla, miras láser... Para finalizar, diremos que si recodáis los breves momentos en los que utilizábamos la visión nocturna en Metal Gear Solid, os quedareis alucinados con la calidad de detalle con el que se ha implementado el gadget citado en este juego.

El sonido complementa perfectamente al apartado gráfico. Una banda sonora a cargo de Harry Gregson-Williams (Metal Gear Solid) es sinónimo de calidad y trabajo sólido y bien realizado. Las voces y el resto de sonidos son espeluznantes, más aún si se disfrutan con un sistema de sonido 5.1 en el que muchas veces creeremos estar de verdad en medio del fuego cruzado gracias al genial trabajo de adaptación que se ha hecho con los efectos sonoros.

En cuanto al apartado jugable, tiene muchos pros y un sólo, pero enorme, contra. Esa contra es su escasísima duración, que no pasa de las 9 o 10 horas en el modo campaña algo que, debido a la intensidad y nivel que se ha conseguido en las misiones, hace que cuando acabemos la última misión nos quedemos con las ganas de que la historia fuese, como mínimo, el doble de larga. Aparte de esto, tanto la variedad de acciones a realizar (defensa de una posición, eliminación de un objetivo, búsqueda y desactivación de cargas, liberación de rehenes) como la precisión con la que responden los controles, es de sobresaliente. Encontramos detalles tan importantes en la planificación de nuestros movimientos como que existen superficies que no son completamente impenetrables y en las que seremos alcanzados si nos disparan aunque estemos protegidos tras ellas. Son el caso de las paredes de madera, los bidones, etc. Coches que estén en llamas pueden ser una trampa segura si nos acercamos debido a que pueden hacer explosión, tenemos la capacidad de devolver una granada, en ocasiones tendremos que ser muy rápidos con los sticks para evitar el ataque de perros de presa... Una variedad de situaciones que hacen de cada misión algo diferente, todo un reto y una delicia para nuestros sentidos.

Definitivamente, el cambio de rumbo acometido por Infinity Ward ha sido la decisión más arriesgada y a la vez acertada que pudieron tomar, vista la saturación del género de los Shooters bélicos. De esta forma consiguieron distanciarse de sus competidores, abrir una nueva vía de acción dentro de un género extremadamente popular y establecer un nuevo standart de calidad dentro de este tipo de juegos.

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