martes, 4 de enero de 2011

Need For Speed: Underground

8/10
"Turbo y luces de neón"
La cultura tunning, esa obsesión por la customización de los coches, desde el más cutre hasta el más potente de los deportivos. Esa moda que en Estados Unidos llevaba años pegando fuerte, teniendo sus espacios en televisiones como la MTV, con programas dedicados exclusivamente a esta moda y que aquí en España comenzaba a desembarcar. Pero todo cambió cuando Vin Diesel y Paul Walker nos enseñaron el mundo de las carreras nocturnas en "The Fast and The Furious" o "A Todo Gas" en castellano. Esta película elevó el mundo del tunning a cultura urbana y comenzaron a proliferar los talleres que se especializaban en tunear coches. Fue entonces, en 2003, cuando Electronic Arts (otra vez las más rápida) se percató de que podría existir un filón y lanzó Need For Speed Underground.  

No se trata del primer NFS de la saga, pero sí del primero basado en el mundo del tunning, el que lo lanzó al estrellato y a las portadas de todas las revistas. La saga Need For Speed dejaba de lado el mundo de las persecuciones policiales para adentrarse de lleno en el mundo de las competiciones ilegales. La trama (porque a pesar de ser un juego de carreras, tiene trama) nos pone en la piel del nuevo de la ciudad, un conductor que llega con el objetivo de ir escalando en el mundo de las carreras ilegales hasta llegar a lo más alto, en un mundo sumido en el ruido de los motores trucados, el dinero, la música mas espectacular, mujeres y velocidad, mucha velocidad. Como era de esperar, comenzaremos con una fiambrera con ruedas, un coche de calle sin ningún retoque y sin ningún dinero para comenzar a tunearlo. Es por ello que deberemos comenzar desde los escalafones más bajos, compitiendo con otro que están en nuestra misma situación para ir consiguiendo dinero para mejorar nuestro coche.

Gráficamente el juego destaca por mostrarnos unos entornos nocturnos espectaculares, con una calidad y cantidad de detalles pasmosos, que nos sumergen en una ciudad poblada de tráfico, luces y calles traicioneras. Esto es un dato importante, ya que el tráfico jugará un papel muy importante en las carreras. En más de una ocasión, un par de vueltas brillantes se irán al traste por colisionar con un coche que circula tranquilamente por la calle que nosotros hemos ocupado con nuestra diversión nocturna. La ciudad rezuma vida y los efectos luminosos son de lo mejorcito de la época en un juego de estas características, sobre todo por los brillantes efectos de luz y los reflejos que éstas producen sobre la carrocería de nuestro coche y sobre el asfalto. Existe un filtro Motion Blur (desenfoque) que lo envuelve todo, haciéndose muy evidente cuando activamos el óxido nitroso para ganar velocidad, que le da a todo un efecto borroso muy efectivo. Todo brillante. El modelado de los coches se puede tachar de relativamente simplón, con unos buenos efectos de luz sobre la carrocería pero con poco nivel de detalle, aunque también es cierto que, debido a la cantidad de variables que se le pueden implementar (EA afirma que las opciones de tunning dan 72 millones de posibilidades distintas) hacen que sea complicado diseñar un coche sólido gráficamente con todas esas variables. Como gran punto negativo, podríamos apuntar que no existe motor de colisión de daños, algo que, al menos graficamente, habría añadido un punto más de realismo a un juego en el que los accidentes están a la orden del día.
El apartado sonoro no le va a la zaga, presentando una banda sonora de altura, con música muy cañera, al más puro estilo Máxima FM, con canciones muy enérgicas y que aumentan la tensión de las carreras. Grupos como The Crystal Method o Blindside entre otros han puesto su música al servicio de este juego. Por otro lado, los efectos sonoros son espectaculares y los sonidos del motor (muy variados para cada coche dependiendo del nivel de customización del motor), derrapes, N2O, choques, cláxons de otros coches... están perfectamente implementados y rinden a un altísimo nivel. Las voces localizadas al castellano le dan al juego un toque callejero genial.

Y llegamos al apartado jugable. Existen varios aspectos que afectan a nuestro coche y al nivel de las carreras al que podamos acceder. Entre ellos, los más importantes son nuestra reputación y la potencia de nuestro coche. Está claro que en un principio sólo podremos acceder a las carreras contra los rivales más bajos en la lista pero las más fáciles de ganar, para ir ganando algo de dinero rápido (aunque poco) para mejorar un poco nuestro primer coche, hasta que podamos conseguir uno más potente. Existen 20 coches diferentes en el juego y van desde un simple Peugeot 206, hasta el poderoso Nissan Skyline. Para aumentar nuestra reputación, nada mejor que tunear el aspecto externo de nuestro coche: Neones, faldones, entradas de aire, alerones o vinilos, todo vale para aumentar nuestro grado de respeto, conseguir portadas de revistas y escalar en la lista de los corredores underground. Para ello, debemos superar 111 pruebas repartidas por toda la ciudad (que no podemos recorrer libremente) divididas en diferentes estilos: Las carreras de circuito, en las que nos enfrentaremos a otros 3 competidores por conseguir el primer puesto. Las carreras de muerte súbita, en las que se irá eliminando al último de cada vuelta hasta llegar a un "face to face". Las carreras AtoB, en las que recorreremos una distancia determinada callejeando por la ciudad. Las carreras de derrape, en las que deberemos conseguir puntos de estilo por la calidad de nuestros derrapes. Y los geniales Drags, el modo que vimos en "A todo gas" en el que aceleraremos a toda pastilla por una recta interminable, aprovechando al máximo la potencia de los pares de la caja de cambios de nuestro coche para llegar el primero a la línea de meta.

La cantidad de pruebas, unida a las posibilidades de tuneo, alargan la vida útil del juego muchísimo. La inteligencia artificial es muy buena y variada, generando errores de los oponentes, rivales muy duros... Mucha variedad. El juego tiene un estilo arcade muy marcado, que lo aleja de otros grandes de la velocidad, pero que lo dotan de un estilo muy propio y peculiar.

En definitiva NFSU significó el verdadero salto a la fama de la saga, con un giro de tuerca acertadísimo que aumentó sus ventas y popularidad. La sensación de velocidad que aporta, sumado a su capacidad para mantenernos pegados a los mandos, hace de este juego un indispensable de cualquier fan de las carreras. Gracias a Dios, el reggaetton se ha mantenido al margen para no estropear este gran juego. Es el momento de comprobar si somos verdaderos tuneros o somos mas horteros que el kinki de la plaza de abajo.

Aquí os dejo un Drag:

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